Es esencial afrontar el desafío del mal uso de las pantallas
Acceso a contenidos inapropiados
El 40% de los menores de 13 años consume pornografía. Por otro lado el 4,7% de menores de 13 años han realizado algún tipo apuesta online y el 1,6% lo hace almenos una vez al mes lo que multiplica el riesgo de desarrollar a medio plazo una ludopatía.
Deterioro de la salud mental
Manifestándose en problemas como ansiedad y depresión, donde +20% de los menores de 14 años lo sufren y el 70% lo relaciona directamente al uso que le dan a las redes sociales. También existe una relación entre malos habitos con la tecnologia y el emperoramiento de la satisfacción de la vida, bienestar emocional e integración social.
Exposición constante a las redes sociales
El 40,6% de los menores de 14 años han sufrido sexting, siendo las niñas las que más sufren este tipo acciones. El grooming (acoso sexual de una persona adulta a un niño o un adolescente por medio de Internet) cada vez tiene mayor presencia. Uno de cada diez adolescentes recibió una proposición sexual por parte de un adulto en Internet alguna vez.
Deteriodo del redimiento academico
El 63% de los niños y las niñas que pasan más de dos horas al día frente a la pantalla muestra un rendimiento académico inferior en comparación con aquellos que dedican menos tiempo a Internet. Esto se debe principalmente a la pérdida de la capacidad de atención. Además, el uso de notificaciones interfiere aún más en el proceso de concentración necesario para el aprendizaje.
Tiempo excesivo de exposición a pantallas
El 34,9% de los adolescentes pasan más de 5 horas diarias frente a las pantallas, que sube al 53,9% durante los fines de semana, valores que llegan al punto de ser considerados de adicción o de indicios de adicción.
Ciberacoso
Uno de cada cinco estudiantes de la ESO, sufre ciberacoso, concretamente un 22,5%. Estas cifras son algo mayores entre las niñas y en la primera etapa de la ESO. El 72,9% de las víctimas que sufre acoso online también lo sufren offline, es por ello que el acoso escolar y el ciberacoso no deben considerarse como problemas independientes.